Otro viernes

Abro los ojos, me saco las lagañas y con movimientos bruscos me pongo el uniforme escolar, por suerte es viernes, bendito viernes, un momento para poder escapar de este loquero que muchos llaman hogar. Abro la puerta y una pequeña rafaga de viento golpea mi rostro, el frìo viento despierta por completo a mi cerebro, ya estaba afuera en el mundo real, pero todavía tenía que sobrevivir 5 horas en una prision, una prision para nuestra imaginación.
Tomo el micro hacia aquel campo de concentración, pero no era tan malo sabria que saldria en poco tiempo. Entro tragandome mi orgullo, resignandome a pasar una condena en esas frias paredes, solo me quede anhelar lo que puede llegar a venir despues de ese sufrimiento. 1 hora, 2 horas van pasando a paso ligero, no pense que seria tan rapido. 3 horas 4 horas, vaya las apariencias engañan esto no es tan malo, por lo menos pasa rapido. 5 hs libertad, el sonido de la libertad esta en el aire.
Ahora si, hacer lo que uno desea, primero quitarme esta ropa de carcelario y ponerme algo mas fresco, la suave tela de la camisa me pone feliz, recordar que soy humano aveces es bueno. Viajo al centro, lugar para olvidar mis problemas por lo menos unos pocos minutos, encontrarme con personas queridas... pero no todas, ojala estubieran todas. Pero no. Solamente un puñado de jovenes que caminamos por la calle con alegria en los ojos. Diversion, felicidad, tranquilidad. El mundo es perfecto por unos segundos el timpo se para creando un momento de increible bienestar absoluto. Reimos, jugamos, hasta discutimos por temas sin sentido. Amigos, el unico sentido que le encuentro a la vida, amigos. Pero como siempre hay que volver a la realidad. Tengo que volver al loquero, los cuerpos se desgastan facilmente y tienen que reponerse. Camino sin rumbo, con paso lento y cansado, trizte sabiendo que por la noche todo sera, otra vez, como siempre. Sigo caminando, casi no avanzo, no se que estoy buscando, que estoy esperando encontrar.

Es inutil esforzarse nada me salvara de volver al loquero, pero... mientras pueda retrasar el momento sera mejor. Cuadras interminables, calles infitanas. He llegado, el horripilante sonido que produce el giro de la llave sobre la cerradura me estremece, no queda nada por hacer, solo dormir.