Poema de Nacho Van Domselaar, Juan Francisco Barbagallo y Santiago Eugenio Parini.
Su boca estaba cocida
sus ojos sellados
no miraban hacia ningun lado
el cielo, gris, mostraba sus tristesas.
Mi casa desierta no reflejaba
solo estaba yo, despierto pero dormido
alejado del todo, escondido en mi prisión de huesos
El calor de ella no parecía tan frio
ni su cercanía tan lejana como para olvidarla
el viento susurra su nombre y la recuerdo
no hay llanto, solo un vacío abrazador
la incapacidad de llorar solo aumenta ese pesar
me golpea, me lleva lejos, me olvida
pero sus ojos aun están en los mios
nosotros eramos incapaces de ver hacia otro lado
ciegos, caminando sin rumbo
esperando el dulce noviembre.
Pd 1: No me molesten mucho con las faltas (mucho, molesten un poco)
Pd 2: Si no entendiste el significado del color de las letras... me das asco.
que los celos no te carcoman, pues he leído tu agraciado blog! tenes que publicar "Ailen: una historia de vida" la gente necesita conocer la verdad
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